Hay decisiones en la vida que vamos aplazando hasta que, de pronto, nos encontramos frente a ellas y sin posibilidad de huída. Las razones para escapar pueden ser muy distintas: miedo, comodidad, conformismo... Pero hay muchas otras razones para dar la cara que probablemente han sido reprimidas durante años, como la ambición, la insatisfacción o las ganas de superarse.
Me ha tocado enfrentarme a una de esas temidas decisiones y, como consecuencia, se han producido cambios muy importantes en mi vida. He cambiado de lugar de residencia, de profesión y de expectativas futuras. He decidido dejarlo todo atrás para empezar un camino distinto, tentador y que asusta, pero del que espero disfrutar a cada paso.
Y los libros, claro... Los libros quedan más cerca.
Abrazos para los que me seguís acompañando en esta nueva vida.
Me gusta leer cosas así. me reaniman y me invitan a pensar que yo tembién podré hacerlo. de hecho pienso que alguna vez debo hacerlo o... ¿me quedaré en al alguna vez?
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte!
Ya lo dice Tolstói: «Recuerda que el momento más adecuado es sólo uno, ahora, y es el más importante porque sólo en él somos dueños de nosotros mismos». Así que, ¿para qué retrasar la felicidad? Ánimo y gracias.
EliminarAbrazos, Natalia. Disfruta del viaje a Ítaca. Aquí estaremos para protegerte de los legistrones.
ResponderEliminarMil gracias, Vanessa. Un abrazo. ;)
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