Arriba tenéis una de las vistas por excelencia de Edimburgo: los jardines de Princes Street. Todavía recuerdo la última vez que pasé por allí, en diciembre... Era un caos, todo ocupado por las atracciones del mercado navideño, con una noria inmensa. Y el frío... uff, de eso mejor ni hablar.
No toda la belleza de Edimburgo está en el centro... Zonas de las afueras, como el camino a Morningside, ofrecen esta espectacular vista del castillo, y una paz de la que es imposible disfrutar en la zona antigua de la ciudad.
La Playa de Portobello tenía este aspecto tan bonito a primeros de septiembre... ¡Y los cisnes! No podía creerlo cuando los encontré allí, por lo menos una veintena.
Esta fotografía es una de mis favoritas... ¡Para un día que sale el sol! Edimburgo se pone precioso cuando el cielo está azul. Todo el mundo sale a la calle, los parques se llenan de gente, se multiplican las sonrisas.
En un blog de contenido literario, no podía olvidarme del The Elephant Pub. JK Rowling solía ir allí a escribir, y cuando te sientas a comer al fondo, junto a las ventanas, enseguida comprendes la razón. Me guardo la fotografía de esas vistas... Solo os recomiendo que, si alguna vez tenéis ocasión de pasar por Edimburgo, no dejéis de visitar este pub.
No os engaño: fotografiar plantas es una de mis aficiones favoritas, así que la visita al jardín botánico de la ciudad no fue ni mucho menos una tortura:
Aquí arriba se ve el famoso Pier, y las ruinas del castillo y la catedral. Es costumbre que cada domingo, después de misa, los alumnos vistan sus túnicas rojas y caminen hasta el fondo del malecón dando un paseo. Las túnicas llaman la atención inmediatamente al llegar al pueblo, y solo quienes conocen las diferentes formas de llevarlas puestas pueden adivinar en qué curso o facultad se encuentran los alumnos. En la fotografía de abajo podéis ver a un montón de alumnos de primer año, muy ilusionados llevando la túnica completamente abrochada, y al frente dos alumnos de máster con sus túnicas negras:
Y a medida que se avanza de curso, se van dejando descubiertos los hombros hasta prácticamente quitarse la capa, como una servidora haciendo el payaso en su último año:
Bonito cielo azul, por cierto... Y aquí también podéis disfrutarlo, en esta imagen del pequeño puerto:
Ahora os voy a mostrar otra curiosidad... Tal vez conozcáis la novela "Never let me go" ("Nunca me dejes ir") de Kazuo Ishiguro, una obra de ciencia ficción que se cuenta entre mis favoritas. Bien, pues una parte de la película basada en esta obra se grabó en la residencia universitaria de Andrew Melville Hall, en la que tuve el placer de hospedarme. La arquitectura no tiene desperdicio, y en los días de mucha lluvia los jardines de los alrededores se inundaban hasta tal punto que parecía un auténtico barco.
Voy terminando con Glasgow, que después de pasar tanto tiempo en los pueblitos de la costa me pareció una ciudad gigantesca. Sin embargo, también podían encontrase escenas serenas y placenteras como estas:
Que seguro darán para una buena historia.
¡Espero haberos transportado un ratito a Escocia!
Nos vemos pronto.
Buena entrada! Viví y estudié una temporada en Escocia (en Stirling, concretamente) y nunca me canso de volver. Tus fotos me han llevado de vuelta, aunque sólo sea un momento...
ResponderEliminarUn abrazo y sigue posteando!
¡Hola Madaboutravel!
ResponderEliminarMe alegro de que el post te haya traído buenos recuerdos. No pude visitar Stirling pero no sé qué tiene este país que te engancha bien fuerte... Así que la próxima vez seguramente pase por allí.
Abrazos y regresa cuando quieras, aquí siempre hay un huequecito para los viajes. ¡Gracias por los ánimos!
Abrazos,
Natts
Tu dirás! A mi me cautivó tanto que intento volver (por lo menos) una vez al año ;)
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