30 ago 2009

El mono

La necesidad de escribir es imperiosa. Una se sienta delante del ordenador e idea una trama maltrecha con tal de garabatear unas letras en Word, y es que la abstinencia de palabras puede desembocar en un delirium tremens de los gordos.

En fin.


He aquí mi duda: ¿conviene dejar un tiempo prudencial entre novela y novela? Algún raro instinto me dice que sí, pero la necesidad apremia. Varias ideas me rondan la cabeza estos días, aunque la prudencia me dice que espere, que las deje madurar en el arbol hasta que se caigan, me golpeen la cabeza y me inspiren comoa Newton.

Mientras tanto, ¡paciencia!

2 comentarios:

  1. ¿Hay una regla fija?

    Mmm...

    Mmm...

    Después de todo, la anécdota Newtoniana es apócrifa...

    Si la necesidad apremia, métele para adelante. Esto es como las enfermedades eruptivas: cuanto más se exterioricen para el lado de afuera del organismo, menos consecuencias tienen para el lado interno, jejejeje.

    Cariños!

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  2. Allá que vamos, jajaja

    Hace unos días me compré un manualito con ejercicios de inspiración. Algo así como: escriba un relato que empiece con la frase: "No podía creerlo".

    :D

    Ya ves lo mucho que me aburro

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